Elijo pensar que esta pausa tiene un inminente final y que pronto las plazas volverán a llenarse de niñes y olor a pochoclos, las calesitas volverán a girar al ritmo de la música y que voy a poder salir a documentar nuestros paseos.
Me quedo con el vaso medio lleno, aunque cada tanto sienta que está vacío por completo, y sueño con caminatas por el río sin tener que sacar un permiso especial para sentarme sobre el pasto a mirarlo mientras te canto una canción al oído.
Quiero creer que cuando llegue la primavera vamos a poder salir juntes a disfrutarla y mostrarte que, a pesar de todo, vivimos en un lugar hermoso en el que tantas veces me imaginé caminando con vos.