Fotografiar en blanco y negro puede ser una buena forma de destacar nuestros portfolios: nos invita a ver las imágenes de una manera muy distinta a la que percibe nuestra retina a diario.
También genera opiniones muy dispares: hay quienes la aman y quienes no les gusta para nada, están quienes piensan que el blanco y negro sirve para tapar (o justificar) errores, y otres lo utilizan para realzar sus fotografías.
Te cuento 3 razones por las que yo lo elijo para mi trabajo
Me ayuda a prestarle atención a las emociones
Al eliminar toda la información de color, puedo ayudar al espectador a centrar su atención en las emociones, los gestos, las miradas, y que no se distraiga mirando los colores, texturas, etc. Fotografiar en blanco y negro me ayuda a que la historia se entienda mejor y por eso, gran parte de mi portfolio está en escala de grises.

Clima
En mi caso, el contraste en una foto forma parte de mi estilo: es sólo una elección basada en mi gusto personal que se potencia al haber ausencia de color. Esto me ayuda a darle cierto dramatismo a las fotos y generar una conexión con la historia que está detrás de cada click.

Atemporalidad
El blanco y negro es atemporal, no pasa de moda, y nos remonta a historias pasadas.

Entonces…¿el color queda fuera de mis trabajos?
Para nada: el color es parte fundamental de cada trabajo que hago. Pero, cuando necesito que una foto destaque por sobre el resto, la paso a blanco y negro.

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