Es difícil explicar con palabras lo que se genera dentro del workshop de Fotografía documental de familias, pero mas aún lo que se genera después.
La excusa de la mirada documental nos ayuda a poner sobre la mesa cosas muy íntimas, que parecieran ser una simple catarsis y que con el tiempo se terminan colando en nuestros trabajos.
A veces, cuando veo los avances de quienes se van animando a mostrar sus fotos, se me llena un poco el pecho de orgullo porque siento que entendieron el verdadero propósito de esta rama de la fotografía familiar: contar historias reales, dejar recuerdos reales, contar en fotos desde nuestra visión personal y absolutamente sincera. Y sobre todo, encontrar nuestro propósito: qué nos mueve, qué queremos contar, qué queremos aprender y qué queremos dejarle a cada familia.
Me gusta que aprendan a buscar un norte en sus trabajos, y que sobre todo aprendan a mirar hacia adentro para encontrar la propia voz. Me gusta pensar que aprendieron a leer entre lineas, a encender el radar para estar atentxs a esos microdetalles que lo son todo al momento de armar una historia.
Gracias, eternas gracias a quienes ya han pasado por este taller tanto en este formato online como en las versiones presenciales y mentorias. Gracias a quienes me dejan sus testimonios para que otras personas se animen a hacer un taller diferente. Y gracias a quienes entienden que la foto documental de familias no es una moda. Es solo un estilo más, que está ayudando a muches a encontrar finalmente su lugar dentro de la fotografía.
Ivana
